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DISCURSO DE DIMITRIS KOUTSOUMPAS, SECRETARIO GENERAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL KKE
DISCURSO DE DIMITRIS KOUTSOUMPAS, SECRETARIO GENERAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL KKE, EN EL EVENTO INTERNACIONALISTA POR EL 108o ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE
ATENAS, SÁBADO 22 DE NOVIEMBRE DE 2025
Amigas y amigos,
camaradas:
Hoy, rendimos honor al 108 aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre con optimismo combativo, con confianza en las fuerzas inagotables de la clase obrera y de los pueblos de todo el mundo.
Rendimos honor a este acontecimiento de importancia histórica que cambió el curso de toda la humanidad, marcando de forma indeleble el siglo 20, señalando el inicio del fin de la barbarie capitalista, de los sistemas de explotación, así como el amanecer de la nueva sociedad, del socialismo-comunismo.
Con la firme convicción de que la Tierra al final será roja, de extremo a extremo, damos la bienvenida a los camaradas de las delegaciones de los partidos comunistas y obreros de Argelia, Argentina, Austria, Venezuela, Francia, Alemania, Dinamarca, EE.UU., Irlanda, España, Italia, Kazajistán, México, Países Bajos, Ucrania, Pakistán, Palestina, Paraguay, Rusia, Suecia, Turquía, Finlandia, que están hoy aquí con nosotros.
Treinta y cinco años después del derrocamiento contrarrevolucionario en la Unión Soviética y los países de Europa del Este, a pesar de las celebraciones entonces por parte de los ganadores temporales, a pesar de sus declaraciones arrogantes sobre el “fin de la historia”, la realidad ya ha decidido:
las ideas del Octubre, las ideas que conmovieron al mundo permanecen inmortales y, a pesar de la correlación de fuerzas extremadamente negativa, siguen cautivando hoy a millones de personas en todo el mundo y en el futuro cautivarán a muchas más.
Nosotros nos ocuparemos de ello, continuando e intensificando el esfuerzo organizado por iniciativa de la KNE (Juventud Comunista de Grecia) la “Semana de difusión del Comunismo”. Este esfuerzo comenzó el lunes, con la gran marcha anti-imperialista por la revuelta de la Escuela Politécnica y el aniversario de la fundación del Partido, y culmina con el evento de hoy.
Nuestros adversarios nos difaman, derraman mucha tinta, aprueban leyes reaccionarias, elaboran programas de estudios, financian producciones culturales, intentando calumniar las ideas comunistas, identificar sin base histórica el socialismo con el fascismo, tachar la Revolución de Octubre de “golpe de Estado”, o de algo anticuado.
Esto ocurre sobre todo en EE.UU., en los países de la Unión Europea, de la OTAN, pero ocurre también en la Rusia capitalista, donde este año fueron prohibidas las concentraciones y fueron detenidos comunistas que querían conmemorar el aniversario.
Porque estas ideas son hoy más actuales que nunca y se confirman cada día más.
Porque cada día se está aumentando la distancia entre las posibilidades que ofrece nuestra época para la plena satisfacción de las necesidades populares y el grado en que estas están satisfechas al final.
Porque cada día se hacen más evidentes los impasses y las contradicciones del sistema que está basado en la búsqueda del lucro y que conduce solamente a explotación, crisis, guerras y olas de refugiados.
Porque, en última instancia, son las ideas que representan la verdad y lo que es justo.
Para el KKE, la Revolución de Octubre no pertenece a los museos de historia; sigue viva y enseña, junto con la experiencia de la posterior construcción socialista, los aciertos y los errores, los logros admirables pero también las desviaciones, que, en un proceso de décadas, condujeron a la contrarrevolución.
Enseña que la clase obrera es la única clase realmente revolucionaria en el sistema en que vivimos, porque es la clase que con su trabajo produce toda la riqueza que se apropian los capitalistas, y por lo tanto es la única clase que, tomando el poder en sus manos, puede hacer corresponder las relaciones de producción con el nivel actual de desarrollo de las fuerzas productivas, con la enorme socialización del trabajo que se ha producido.
Abrimos un frente ideológico contra las percepciones equivocadas que se presentan supuestamente como innovadoras, mientras que en realidad son bastante viejas, y hablan del “fin de la clase obrera”, de su sustitución por la tecnología, la Inteligencia Artificial.
Todos estos logros admirables vienen del trabajo del hombre y crean las condiciones para que hoy vivamos mucho mejor con la reducción general de la jornada laboral, siempre que se elimine el criterio del beneficio.
Sin embargo, en manos del capital se convierten en herramientas de mayor explotación, represión y, en general, sometimiento del trabajo al capital.
Los capitalistas, a pesar de lo que dice su personal, saben mejor que nadie, que la ganancia proviene solo de la explotación de la fuerza de trabajo, y por eso hacen que sus gobiernos aprueben leyes como la de la jornada laboral de 13 horas que fue aprobada recientemente en nuestro país por el gobierno de la ND, en base a las directivas anti-obreras de la Unión Europea.
La Revolución de Octubre nos enseña de la necesidad de la vanguardia revolucionaria, del Partido Comunista, para acabar por fin con esta barbarie.
Solo el Partido Comunista que realmente honra su nombre y cumple su función, es capaz de guiar a las fuerzas populares en la lucha más decidida contra el capitalismo.
La elaboración de una estrategia revolucionaria por cada Partido Comunista en su país, así como por parte del Movimiento Comunista Internacional, es una condición previa básica para un curso realmente victorioso.
Para derrotar las percepciones difundidas, sobre todo por la socialdemocracia corrupta, que sostiene que ha pasado la época de las revoluciones, que el único camino para que se mejore la vida de la clase obrera es a través de reformas, con el restablecimiento del supuesto “Estado de derecho” y la creación de un “Estado social”, para un capitalismo democrático”, como hemos oído recientemente de antiguos partidarios del supuesto “socialismo” democrático.
Sin embargo, la experiencia de los pueblos es implacable y demuestra que el capitalismo, por muchas etiquetas halagadoras que empleen sus apologistas, sigue siendo un sistema de explotación, de desigualdad y de injusticia, sigue siendo la dictadura de una minoría social, de los capitalistas, sobre la mayoría social.
Demuestra que el Estado burgués hostil solo se reforma para peor, sin que cambie o sin que se suavice su carácter de clase.
Por eso la única solución es su derrocamiento, su destrucción como escribió Lenin, su sustitución por un Estado radicalmente diferente, un poder diferente, el poder obrero.



Amigas y amigos,
camaradas:
La Revolución de Octubre fue realmente el acontecimiento que conmovió al mundo como ningún otro.
Demostró que la teoría se puede convertir en práctica, que la clase obrera puede realizar su asalto al cielo y vencer.
Fue realmente un acontecimiento de alcance mundial, que tuvo, entre otras cosas, como resultado la fundación de partidos comunistas en muchos países del mundo, como es el caso de nuestro partido que este año cumple 107 años de vida, y condujo a la fundación de la Internacional Comunista.
En nuestro Partido hemos evaluado colectivamente las consecuencias negativas del predominio en el Movimiento Comunista Internacional de elaboraciones estratégicas que se alejaban de la estrategia victoriosa de los bolcheviques lo cual, por supuesto, contribuyó a la autodisolución de la Internacional Comunista.
En las condiciones actuales, el KKE considera imperativo el deber del reagrupamiento del Movimiento Comunista Internacional, que, sin embargo, se debe hacerse en base a algunas premisas indispensables:
Que nuestra teoría es el marxismo-leninismo y el internacionalismo proletario y la desarrollamos y la evolucionamos constantemente en base a los nuevos datos.
Que la necesidad y actualidad del socialismo, la necesidad de la revolución y su carácter socialista, no dependen de la correlación de fuerzas en cada momento.
Que, como demostró la experiencia del Octubre, no hay ninguna base de cooperación-alianza con la burguesía o sectores de ella, en el nombre de la defensa de la democracia burguesa o supuestamente para evitar a “fuerzas belicistas” o fuerzas fascistas.
Hoy día, además, vemos cómo la burguesía y su poder en cada país, en su conjunto, socavan y reprimen derechos obreros y populares, conquistas, al tiempo que se preparan para guerras bajo el disfraz de “tratados de paz”.
Esto ocurre con los gobiernos de todos los “matices”: el gobierno de Trump de “ultraderecha” en EE.UU., de Macrón “centrista” en Francia, hasta los “laboristas” en Gran Bretaña y por supuesto la coalición de socialdemócratas y demócratas cristianos en Alemania.
Un asunto crucial son las leyes científicas de la construcción socialista, que la vanguardia revolucionaria debe conocer.
De este punto de vista, señalamos como desastrosa la teoría y práctica del “socialismo con mercado”, que con absoluta certeza crea de nuevo y fortalece a las fuerzas del derrocamiento contrarrevolucionario.
Así que, en lugar de la victoria del comunismo, tenemos un retorno al capitalismo, como ocurrió en 1991 con la disolución de la URSS y el Partido Comunista, y luego en China, con el mantenimiento allí del nombre de la República Popular China y del Partido Comunista de China.
Camaradas:
En 2026 se cumplen 70 años desde el XX Congreso del PCUS que fue un punto de inflexión en este curso hacia la contrarrevolución, que al final estalló conduciendo a la disolución definitiva de la URSS y del PCUS y el ascenso al poder de nuevas fuerzas capitalistas.
Lo que determina, sin embargo, la contrarrevolución es la restauración y la consolidación de las relaciones de producción capitalistas y no las formas y los modos concretos en que esto se llevará a cabo.
En otros lugares esto se puede hacer gradualmente, manteniendo el Partido Comunista el poder y presentándose -o considerándose sinceramente por algunos- como una solución táctica temporal.
Tomando conciencia de este asunto es de gran importancia no solo a nivel teórico para el futuro, sino también para el presente, cuando hay quienes hagan comparaciones sin base histórica...
Y hablamos de comparaciones sin base histórica porque denominan el conflicto actual entre EE.UU. y China por la supremacía en el sistema imperialista mundial, como un conflicto entre el capitalismo y el socialismo, llamando finalmente a la clase obrera a elegir al lado de qué imperialista se unirá, y conduciéndola a la derrota, a nuevas decepciones, y, posiblemente, a oportunidades perdidas.
Amigas y amigos,
camaradas:
Hoy estamos en el siglo XXI, en que el capitalismo, en su fase imperialista, predomina a nivel global.
Cada día se produce un nuevo episodio que subraya la gran agudización de los antagonismos entre los imperialistas…
Se agudizan las grandes contradicciones por el reparto de mercados, el control de los recursos naturales, las rutas de transporte de energía y de mercancías, el control geopolítico y la mejora del papel de cada país en su región y más allá.
Esto es lo que vemos en nuestro país, que por responsabilidad del gobierno y de los demás partidos del euroatlanticismo se está convirtiendo en puerta de entrada para el GNL estadounidense y en factor clave para la abolición del gas ruso competitivo.
Dejamos claro que de estos acuerdos no se beneficiará el pueblo sino los monopolios de transporte y de energía, que se aprovecharán de los recursos naturales del país.
Al mismo tiempo, la transformación del país en hub energético, de transporte y militar no solo no lo protege sino que lo mete en el “ojo del huracán” de las rivalidades y guerras comerciales, geopolíticas y militares que se están agudizando a nivel internacional, entre el bloque euroatlántico y el euroasiático.
Cabe destacar que tales hubs en el pasado fueron Ucrania, Siria, Libia etc, y todos sabemos lo que están experimentando hoy sus pueblos.
Todos estos acontecimientos, la formación de nuevas alianzas y bloques de fuerzas que conducen a ejes y contra-ejes, aumentan los riesgos de confrontaciones bélicas, no solo a nivel local sino además a nivel regional, con la posibilidad de generalización de una guerra imperialista.
Al mismo tiempo, se está creciendo la posibilidad de una crisis capitalista mundial a causa de la enorme sobre-acumulación de capital...
Una posibilidad que refuerza la estimación de una mayor escalada de la guerra imperialista y la posibilidad de surgimiento de nuevos frentes en los próximos años en el Ártico, en el continente americano, así como en el mar de China, etc.
Queremos aprovechar esta oportunidad para denunciar la nueva escalada de la agresión imperialista del gobierno de EE.UU. contra Venezuela, con el pretexto de combatir los cárteles de la droga.
El KKE condena categóricamente cualquier plan de intervención armada en Venezuela y expresa su solidaridad con la clase obrera y el pueblo de ese país, que son los únicos responsables de determinar los acontecimientos en su patria.
Expresa su solidaridad con el Partido Comunista de Venezuela, que en condiciones difíciles de persecuciones, lucha por defender los intereses obreros y populares.
Así pues la pregunta hoy es cuál debe ser la postura del Movimiento Comunista Internacional ante estos acontecimientos y ante lo que vendrá en el futuro...
Lenin consideraba la guerra como continuación de la política de medios violentos de los Estados capitalistas, como continuación de la explotación del período anterior, relativamente “pacífico”.
Hoy día no puede haber ninguna duda ante los pretextos de las clases burguesas, los imperialistas sobre la “defensa de la patria” o la “libertad”, o “lo que es justo”, con los que buscan ocultar el carácter imperialista de la guerra.
Lo único que les importa son las ganancias.
La única “libertad” que reconocen es la libertad de saquear a los pueblos.
Las “guerras justas” pueden existir solo desde el punto de vista de la clase obrera que se organiza y lucha contra toda represión, hasta la liberación de la esclavitud capitalista.
En consecuencia, el Movimiento Comunista Internacional debe desarrollar su propia línea de lucha para cada país, continente y a nivel internacional, por el derrocamiento de la barbarie imperialista que trae guerras o la paz con la pistola en la cabeza de los pueblos.
Lo fundamental es que exista una organización y una acción de la clase obrera distintiva e independiente, que no ceda ante la llamada a las armas a nivel nacional y el nacionalismo.
La clase obrera y el pueblo no deben aceptar en ningún caso lo que ha pedido recientemente el Ministro de Defensa griego, es decir que los trabajadores deben estar preparados a ver que regresen de los campos de batalla imperialistas, ataúdes con banderas griegas y con las banderas de la Unión Europea, y que además deben estar contentos y orgullosos de ello.
Que nuestro pueblo no debe engañarse por las diversas llamadas pacifistas a la ”paz” a través de una supuesta “nueva arquitectura de seguridad”, de un “mundo multipolar”, etc.
La verdadera paz para los pueblos significa que la salida de la guerra debe combinarse con la lucha por salir de la barbarie del sistema capitalista.
Por supuesto, debe estar claro que los comunistas nunca abandonan al pueblo, ni siquiera en condiciones de guerra, sea cual sea su evolución y la forma en que se lleve a cabo.
Los bolcheviques no hicieron huelga de guerra, se encontraron en las trincheras de la Primera Guerra Mundial junto con los obreros y campesinos rusos, lucharon junto a ellos, los guiaron, y juntos llegaron hasta el derrocamiento de la causa que da lugar a las guerras.
Amigas y amigos,
camaradas:
Consideramos que todo lo que vivimos hoy, aparte de inseguridad y peligros para los pueblos, crean aún mayores condiciones previas de cuestionamiento en general de la política dominante, con consecuencias a la propia “credibilidad” y “estabilidad” del sistema político burgués hasta la fecha.
Objetivamente, todo ello puede crear condiciones de gran movimiento de masas, posibilidades incluso de levantamientos, de condiciones de situación revolucionaria en países separados o en grupos de países.
La capacidad del Partido Comunista para desempeñar un papel decisivo en tales condiciones cruciales, depende en gran medida de la preparación actual, de las batallas que libramos hoy.
Por tanto, actuando en condiciones de situación no revolucionaria, debemos preparar de hoy el futuro.
Y esto tiene que ver tanto con la preparación programática estratégica, como con la política y acción actuales en las condiciones contemporáneas.
Una cuestión crucial es la combinación del programa revolucionario del Partido con la acción comunista cotidiana, en todos los ámbitos de nuestro trabajo, en cada aspecto del trabajo de dirección.
Este es el tema que ponemos en el centro del debate de cara al XXII Congreso del KKE, que se celebrará los días 29-31 de enero de 2026 con la consigna “KKE fuerte, firme ante cualquier prueba, listo ante el llamamiento de la Historia, por el socialismo”.
Porque sabemos que los momentos que soñamos llegarán.
Y queremos estar a la altura, mostrarnos dignos de los camaradas que lucharon antes que nosotros.
Para responder a la realización de nuestros grandes objetivos.
Porque nuestra época es la época de transición del capitalismo al socialismo.
La época del derrocamiento del capitalismo comenzó en el octubre de 1917. Fue entonces cuando se rompió el hielo, se trazó el camino y comenzó la época de las revoluciones socialistas.
Por eso no nos doblegamos, no retrocedemos, hasta que cumplimos con esta tarea.
¡VIVA EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO!
¡VIVA LA GRAN REVOLUCIÓN SOCIALISTA DE OCTUBRE!







