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Crítica sobre concepciones oportunistas actuales respecto el Estado

Contribución de la Sección de Relaciones Internacionales del Comité Central del KKE en la XI Conferencia Anual Internacional
“V.I.Lenin, la Revolución de Octubre y el mundo contemporáneo”

La importancia y la vigencia de la obra de Lenin sobre el Estado

Hace 100 años, pocos meses antes de la Gran Revolución Socialista de Octubre, en condiciones políticas particularmente difíciles y complejas, V.I.Lenin escribió una obra fundamental, “El Estado y la Revolución”, que fue publicada por primera vez después de la Revolución de Octubre, en 1918.

En esta obra, Lenin destaca la esencia y analiza la naturaleza clasista del Estado: “El Estado es producto y manifestación del carácter irreconciliable de las contradicciones de clase. El Estado surge en el sitio, en el momento y en el grado en que las contradicciones de clase no pueden, objetivamente, conciliarse. Y viceversa: la existencia del Estado demuestra que las contradicciones de clase son irreconciliables.”[1]

Lenin en su obra establece la necesidad y la vigencia de la revolución socialista y del Estado obrero.

Se basó en las concepciones de K.Marx y F.Engels respecto la cuestión del Estado, planteadas en varias obras como el “Manifiesto del Partido Comunista”, el “18º Brumario de Luis Bonaparte”, “La guerra civil en Francia”, “Crítica del programa de Gotha”, la carta de Engels a Bebel de 18-28 de marzo de 1875, la introducción de Engels en la tercera edición de la obra de Marx “La guerra civil en Francia” etc., respecto la dictadura del proletariado. Las conclusiones de Marx y Engels del estudio y de la generalización de la experiencia y de las enseñanzas de las revoluciones fue que la clase obrera puede conquistar el poder político y establecer la dictadura del proletariado sólo a través de la revolución socialista, en cuyo curso se destruye la máquina estatal burguesa y se crea un nuevo aparato estatal. Así, podemos decir característicamente que Marx en su obra “Crítica del Programa de Gotha” señaló que: “Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista media el período de la transformación revolucionaria de la primera en la segunda. A este período corresponde también un período político de transición, cuyo Estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado.”[2]

Lenin demostró la importancia fundamental de este asunto para los que se dan cuenta de la existencia y del papel decisivo de la lucha de clases en el progreso social, destacando que “…merece especial atención la observación extraordinariamente profunda de Marx de que la destrucción de la máquina burocrático-militar del Estado es “condición previa de toda revolución verdaderamente popular”[3] y subrayando que “marxista sólo es él que hace extensivo el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado”[4].

Además, Lenin trató de describir las características de la formación socio-política comunista, los aspectos básicos del Estado socialista, mientras que ejerció una crítica severa en torno a cuestiones en relación con el Estado tanto a las concepciones oportunistas de la derecha, como a las anarquistas.

Por supuesto, esta obra de Lenin, así como toda su colección titánica de obras, no se puede abordar separadamente sino en conexión con otras obras como por ejemplo “La revolución proletaria y el renegado Kautsky”, y siempre en vinculación dialéctica con los acontecimientos históricos. En todo caso, la aproximación leninista del Estado es un enorme legado para el movimiento comunista internacional, que debe ser utilizado de manera adecuada para confrontar las concepciones socialdemócratas y oportunistas sobre el Estado, que han penetrado y siguen penetrando en el movimiento comunista internacional. El objetivo de esta contribución no es presentar las posiciones leninistas o exponer citas apropiadas de Lenin, sino responder a las concepciones oportunistas contemporáneas a través de la concepción marxista-leninista del Estado. Aún más hoy, cuando muchos de las cuestiones que Lenin debatió en su época, han surgido de nuevo con nuevas o viejas formas.

 

Concepción aclasista “neutra” del Estado

Una “herramienta” básica para que se debiliten aún más las características comunistas de los partidos comunistas y obreros son actualmente las fuerzas del oportunismo europeo. Se trata de fuerzas que funcionan como vehículos de la ideología burguesa en el movimiento obrero. En Europa han establecido su propio “centro” ideológico, político y organizativo, el “Partido de la Izquierda Europea” (PIE), en que se han incorporado algunos partidos comunistas, que previamente estaban profundamente influenciados por las ideas del eurocomunismo, como los partidos comunistas de Francia y de España. De Grecia participa SYRIZA que tiene en sus filas fuerzas que se separaron del KKE en 1968 influidas por el eurocomunismo, y en 1991, bajo la influencia del “Nuevo Pensamiento” de Gorbachov, y a continuación se juntaron con fuerzas del PASOK socialdemócrata.

Estas fuerzas afirman que: “El Estado, sin embargo, no es una fortaleza, sino una red, una relación y un campo estratégico de la lucha política. No cambia de un día a otro, sino más bien su transformación imperativa presupone luchas continuas y constantes, implicación del pueblo, democratización continua.”[5]

Como se desprende de ello, el Estado burgués para estas fuerzas políticas no se considera por su propia naturaleza como un órgano de dominio de la burguesía, sino un conjunto de instituciones que se pueden transformar en dirección favorable al pueblo. En base a este punto de vista se argumenta que el carácter de las instituciones del Estado burgués, el Estado burgués en su conjunto, se puede configurar “adecuadamente”, a condición de que predominen los “gobiernos de izquierda”.

Se trata de un punto de vista claramente engañoso, porque prácticamente separa el Estado de su base económica, de las relaciones económicas dominantes. Crea falsas ilusiones a los trabajadores de que el papel del Estado burgués y de sus instituciones (p.ej. parlamento, gobierno, ejército, policía) depende de qué fuerza política (de “izquierda” o de “derecha”) es dominante en ellos.

Percepciones peligrosas similares se están fomentando hoy en varios países de América Latina por el llamado “progresismo”, los diversos gobiernos “progresistas” y de “izquierda” que después de su victoria electoral pretenden fomentar ilusiones de que el sistema puede cambiar a través de las elecciones burguesas y plebiscitos.

En realidad, sin embargo, no existe ninguna supuesta “neutralidad” clasista del Estado burgués y de sus instituciones. El marxismo-leninismo ha demostrado que el Estado tiene un contenido claramente clasista y no puede ser utilizado a favor de la clase obrera y del cambio social a través de procesos electorales y soluciones gubernamentales burguesas.

 

Respecto la concepción del “Estado profundo”

Al alcanzar SYRIZA el gobierno en Grecia hizo que varias fuerzas oportunistas en todo el mundo se regocijaran. De hecho, su cooperación con el partido nacionalista ANEL en el gobierno fue interpretada por algunos[6] como un esfuerzo de “controlar” el “Estado profundo” de Grecia a través de esta alianza política gubernamental. Respectivamente, las declaraciones de A.Tsipras de que Grecia “pertenece al Occidente” y que no hay cuestión de retirada de la OTAN, fueron presentadas, incluso antes de las elecciones, como un manejo “inteligente”[7].

Pero ¿a qué sirve esta “concepción fragmentada” del Estado burgués? Es cierto que en el aparato estatal del Estado burgués existen estructuras con diferentes funciones y tareas; esto, sin embargo, no justifica la división del Estado en sección más “dura” y sección más “blanda”. Así, por ejemplo, los municipios, los servicios municipales son también parte integral de la administración burguesa, la administración local, es responsable de aplicar el marco legislativo reaccionario y antipopular aprobado por el gobierno burgués y la mayoría parlamentaria. Los comunistas en nuestro país son activos en la Administración Local, pretenden lograr la mayoría en los municipios y lo han logrado en cinco municipios del país, entre ellos en la tercera ciudad más grande del país, Patras; sin embargo, no fomentan a los trabajadores ilusiones acerca del carácter de esta sección del Estado burgués. Pretenden, sea de la oposición, sea de la administración municipal, utilizar sus posiciones para desarrollar la lucha de clases y no para “sanear” el capitalismo, es decir lo que sostienen SYRIZA y otras fuerzas oportunistas.

A estas fuerzas oportunistas les conviene una “separación en secciones” del Estado burgués. En primer lugar, porque de este modo se encubre el hecho de que el aparato estatal, a pesar de las funciones secundarias de las diferentes secciones, está al servicio de la burguesía. En segundo lugar, porque así siembran entre los trabajadores la ilusión de que gradualmente, empezando por la “periferia” del Estado burgués y dirigiéndose hacia el “centro”, hacia su “interior”, lo podemos “sanear”, transformarlo en un Estado a favor del pueblo.

Percepciones utópicas similares están fomentadas por fuerzas oportunistas incluso respecto las uniones capitalistas interestatales, como es la Unión Europea imperialista. Están propagando que la realización de referendos o el surgimiento de gobiernos de izquierdas y socialdemócratas, supuestamente se creará “una estructura democrática para el continente” con “respeto a los derechos democráticos, soberanos de los pueblos”[8]. En realidad, estos argumentos deliberadamente evitan el carácter clasista de esta unión interestatal, que surge del carácter clasista de los Estados burgueses que la constituyen y que desde su fundación, como “Comunidad Europea del Carbón y del Acero” en 1952, ha servido los intereses del capital.

 

La expansión de la democracia en el Estado burgués como “un paso” hacia el socialismo

Lenin se enfrentó ferozmente a los que, como Bernstein, argumentaban que es posible reformar el capitalismo, que es posible la transformación reformista gradual de la sociedad. Posteriormente, en Europa tuvieron un gran desarrollo los puntos de vista del eurocomunismo, que en esencia argumentaban que los comunistas mediante la vía parlamentaria y la ampliación de la democracia pueden transformar el Estado burgués a favor del pueblo.

El KKE que ha combatido estos puntos de vista, ha estimado que evaluaciones similares del PCUS que prevalecieron en el movimiento comunista después del XX Congreso del PCUS y hablaban de “transición parlamentaria”[9] han hecho un gran daño al movimiento comunista internacional. Por lo tanto, podemos considerar que los aspectos desarrollados en esta base, apoyando la abolición de principios básicos de la revolución y de la construcción socialista, como por ejemplo respecto la “diversidad de formas de transición” o de la llamada “vía no capitalista de desarrollo” etc., son problemáticos.

El KKE ha sacado conclusiones y ha rechazado las “etapas hacia el socialismo”, que han ido atormentando al movimiento comunista internacional hasta hoy día, puesto que por una parte a través de las ”etapas” niegan el papel del partido comunista, como fuerza de derrocamiento del capitalismo, en el nombre de las tareas “candentes” en el marco del sistema (p.ej. restauración de la democracia burguesa en caso de dictadura), y por otra parte fomentan ilusiones acerca de una “transición parlamentaria” al socialismo.

El KKE estudia su historia, saca conclusiones valiosas de las luchas heroicas de los comunistas de las últimas décadas. En el Comunicado reciente del Comité Central del KKE para el 50 aniversario de la dictadura en Grecia, se destaca entre otras cosas: “El KKE y el movimiento obrero y popular trabajan y luchan para actuar en las mejores condiciones posibles, lo que facilita su lucha y amplía en general el marco de intervención contra el capital y su poder. Luchan por libertades y derechos, para que no se obstaculice su actividad, para inhibir, en la medida de lo posible, la represión estatal”[10]. Sin embargo, nuestro Partido, al estudiar la historia, evalúa que: “La dictadura proporciona una nueva experiencia respecto el carácter infundado de la evaluación que mantenía el Movimiento Comunista Internacional y el KKE, de que el camino de la lucha para una democracia burguesa avanzada es el terreno apropiado para concentrar fuerzas y acercarse al proceso revolucionario, de que la lucha por la democracia está dialécticamente ligada con la lucha por el socialismo. Esta evaluación impidió que la junta militar surgiera como una forma de dictadura del capital, impidió la orientación de la lucha popular en su conjunto contra el enemigo, la dictadura de la burguesía y sus alianzas imperialistas, como es la OTAN”[11].

Hoy día, en las filas del movimiento comunista se están fomentando puntos de vista equivocados similares; hablan de “etapas” en el camino hacia el socialismo, o de “penetración” de los comunistas en el poder, con el fin, en ambos casos, de “ampliar” la democracia, como una primera etapa hacia el socialismo.

En la práctica estos puntos de vista aplazan para el futuro lejano la lucha por el derrocamiento de la explotación capitalista, atrapan y restringen el movimiento obrero en el marco de la lucha por mejores condiciones de venta de la fuerza de trabajo, negando la orientación de la lucha para la radicalización del movimiento obrero, su reagrupamiento, la concentración de fuerzas sociales, que tienen interés en entrar en conflicto con los monopolios y pueden luchar por derrocar el capitalismo y construir la nueva sociedad socialista-comunista.

 

La nacionalización de las empresas capitalistas como un “paso” para cambiar la naturaleza del Estado

Confusiones similares existen además en temas de la economía. Durante muchos años, el movimiento comunista internacional ha sido, y en gran medida sigue siendo, atrapado en la lógica de las “etapas” hacia el socialismo, considerando el fortalecimiento del sector estatal del Estado burgués como un “paso” hacia el socialismo.

De hecho, hasta hoy día, la frase de que “el capitalismo monopolista de Estado es la preparación material más completa para el socialismo, su antesala, un peldaño de la escalera histórica entre el cual y el peldaño llamado socialismo no hay ningún peldaño intermedio”[12], se malinterpreta para justificar el apoyo activo y la participación de los comunistas en una gestión burguesa con un sector estatal ampliado de la economía. Por lo tanto, el capitalismo monopolista-estatal se entiende erróneamente como la existencia de un sector estatal fuerte en la economía y no como imperialismo, como fase superior del capitalismo, según lo describió Lenin.

La vida ha demostrado que el capitalismo, según sus necesidades, puede que pretenda que gran parte de la economía del país esté bajo dirección estatal. Así, por ejemplo, en la década de 1970 y 1980 la mayor parte de la economía griega estaba en manos del Estado; sin embargo, este hecho no cambió el carácter del Estado burgués. Tampoco significa que una política de nacionalización gradual de empresas privadas, cuando los capitalistas simplemente pasan sus deudas al Estado, puede cambiar su carácter. Mientras que el poder está en manos de la burguesía, el Estado (con un sector estatal más fuerte o más débil) será burgués y la clase dominante funcionará como un “capitalista colectivo” de la propiedad estatal.

 

El nombre del Estado como concepción de la naturaleza del Estado

Lenin describió los aspectos básicos del Estado obrero. No podemos cerrar los ojos ante el análisis de Lenin y orientarnos simplemente a los adjetivos que acompañan el nombre de un Estado. Hoy, por ejemplo, han surgido la “República Popular de Lugansk” y la “República Popular de Donetsk”. ¿Cuál es el carácter de estas autoproclamadas “Repúblicas Populares”? En este punto quisiéramos recordarles que existe, por ejemplo, la llamada “República Democrática del Congo” donde niños trabajan en las minas y en condiciones terribles para que los monopolios extranjeros adquieran el cobalto y el cobre.

Nosotros consideramos que no podemos juzgar un Estado y nuestra postura ante esto, solamente en base a cómo se define a sí mismo y sus declaraciones. El criterio básico debe ser qué clase posee los medios de producción y el poder en un Estado concreto. ¿Qué tipo de relaciones de producción predominan en este país? Y esto es porque el Estado para los marxistas-leninistas es una “máquina represiva” que objetivamente en nuestra época, en el siglo 21, en la época de paso del capitalismo al socialismo, inaugurada por la Revolución de Octubre, estará o en manos de la burguesía, o en manos de la clase obrera. No hay un camino medio.

No debemos olvidar que como siempre, hoy las clases burguesas buscan ocultar sus objetivos, ocultar el carácter clasista del Estado. Un método “clásico” que utiliza la burguesía para “camuflar” el Estado, es destacar su carácter “nacional”, presentando su Estado como un “arma” de defensa de toda la nación. Hoy día, la burguesía no duda en utilizar diversas “armas” de propaganda para someter “bajo sus banderas” al movimiento obrero. Los comunistas, el movimiento obrero en total, deben tener un alto grado de vigilancia cuando los políticos burgueses, que contribuyeron con su postura a la restauración capitalista en la antigua URSS, utilizan hoy el “papel” del “antifascismo”.

Hoy día, mientras que la burguesía está reforzando también a fuerzas fascistas, algunas de las cuales pretenden desempeñar incluso un papel gubernamental, como por ejemplo en Ucrania, se están fortaleciendo las reclamas para que se formen nuevos “frentes antifascistas” y alianzas, incluso de Estados burgueses, que aparecen con un “manto antifascista”. Sin embargo, como señaló el KKE en su Declaración del Comité Central del KKE para el 70 aniversario del fin de la II Guerra Mundial Imperialista y la gran victoria antifascista de los pueblos: “Ni el estado burgués reaccionario ni la alianza del movimiento obrero y popular con fuerzas políticas burguesas, pueden o quieren atacar el nazismo de raíz. Sólo el desarrollo de la lucha de clases, cuyo objetivo será poner fin al poder de los monopolios, al sistema capitalista puede enfrentar el nazismo.”[13]

Además, el KKE considera que hoy no se debe dejar de lado el objetivo del poder obrero por otro objetivo gubernamental de transición en el terreno del capitalismo, en el nombre del deterioro de la situación de la clase obrera y de las capas populares, a causa de la crisis económica prolongada y profunda, de la guerra imperialista, de la intimidación abierta hacia el partido comunista y el movimiento obrero por organizaciones nazi-fascistas, las provocaciones, la intensificación de la violencia estatal.[14]

 

La construcción socialista y el Estado en el socialismo

Durante décadas, los socialdemócratas y los oportunistas, entre otros, están llevando a cabo un esfuerzo sistemático para cancelar cualquier aproximación científica del socialismo y de su Estado. Leemos por ejemplo en el material del “centro” oportunista de Europa, el PIE, que defiende “la perspectiva de un socialismo democrático”. Y esta “perspectiva socialista” se define por el PIE como “una sociedad de justicia que se basa en la concentración de la riqueza y de los medios de producción y la soberanía de la elección democrática en harmonía con los recursos limitados del planeta”. En los últimos años se han multiplicado confusiones similares y aproximaciones antiamarxistas respecto la sociedad socialista con los diversos “socialismos” de América Latina. Del llamado “Socialismo del siglo XXI” de Chávez, al llamado “socialismo del buen vivir” en el Ecuador, donde se utiliza como moneda nacional el dólar estadounidense.

Su objetivo es que ignoremos que en la base de cada formación socio-económica hay un modo de producción particular, que es una unidad dialéctica de fuerzas productivas y de relaciones de producción. Las relaciones de producción en su conjunto en todas las fases del proceso de reproducción –producción, distribución, intercambio, consumo- constituyen la base económica de la sociedad. Al abordar esta cuestión científicamente, Lenin señaló que: “En la producción social de su vida, los hombre establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de las fuerzas productivas materialesEl conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social”.[15]

J.V.Stalin destacó: “Hay dos tipos de producción: el tipo capitalista, que incluye en capitalismo de Estado, donde hay dos clases, donde la producción se efectúa para rendir beneficios al capitalista; y hay otro tipo, el tipo de producción socialista, donde no existe la explotación, donde los medios de producción pertenecen a la clase obrera y donde las empresas no trabajan para rendir beneficios a una clase ajena, sino para ampliar la industria en provecho de todos los obreros”.[16]

Por eso el KKE rechaza las diversas interpretaciones del socialismo que no tienen nada que ver con la concepción marxista-leninista y -como ha subrayado varias veces en los Encuentros Internacionales de Partidos Comunistas- con los puntos de vista del PIE o los diversos “socialismos” de América Latina, que se tratan en esencia de promoción de la posición oportunista de “humanización” del capitalismo, de la utopía de democratización del Estado burgués, mientras que la economía capitalista “mixta” se presenta como el nuevo “modelo” del socialismo. En esta dirección se utiliza la “lógica de las particularidades nacionales” que ha sido el vehículo del “eurocomunismo” para renunciar las leyes científicas de la revolución y la construcción socialista y hoy día el problema se manifiesta con los mismos o similares argumentos. (…) para justificar la sustitución del camino revolucionario por el parlamentarismo, el descenso del socialismo en cambios gubernamentales de gestión burguesa, como hace por ejemplo el Foro de Sao Paolo y otras fuerzas. La construcción socialista es un proceso unificado que empieza con la toma del poder por la clase obrera para que se cree un nuevo modo de producción que predominará con la abolición completa de las relaciones capitalistas y de la relación capital-trabajo asalariado. La socialización de los medios de producción y la planificación central son las leyes científicas de la construcción socialista, las condiciones necesarias para la satisfacción de las necesidades populares.”[17]

El KKE al estudiar la experiencia de la construcción socialista considera equivocadas las reformas económicas de 1965 en la URSS, que dieron prioridad a las reformas de mercado y restauraron el papel de la ganancia en la economía socialista. Como resultado surgió en las empresas el interés propio no siempre en armonía con los intereses de la sociedad. Las reformas equivocadas en la economía se combinaron con respectivas direcciones equivocadas en la superestructura política (p.ej. el Estado del Pueblo) y en la estrategia del movimiento comunista internacional (p.ej. política de “coexistencia pacífica”). Nuestro Partido no está de acuerdo con las evaluaciones de partidos comunistas que han sido arrastrados por la corriente nociva del “maoísmo” que consideran que de un momento a otro, inmediatamente después del 20º Congreso, dejó de existir el Estado obrero o incluso que este se convirtió supuestamente en “socialimperialismo”, participando de esta manera en la propaganda antisoviética. Al contrario, nuestro Partido y el movimiento comunista y obrero internacional defienden la contribución de la URSS, consideran que en la URSS se construyó el socialismo pero el 20º Congreso del PCUS fue un “punto de inflexión” porque en ello se adoptaron una serie de posiciones oportunistas sobre cuestiones de la economía, de la estrategia del movimiento comunista y de las relaciones internacionales.

Hoy día, consideramos que después de 30 años aproximadamente de la contrarrevolución en la URSS, en Europa Central y Oriental, se ha avanzado la capitalización de China. Allí predominan las relaciones de producción capitalistas. Al mismo tiempo observamos que se continúa el fortalecimiento de relaciones capitalistas en países que pretendían construir el socialismo, como Vietnam y Cuba[18].

 Algunos camaradas de otros partidos comunistas consideran que los acontecimientos en estos países recuerdan a la NEP del período de Lenin. En otros textos[19] hemos señalado las diferencias entre la NEP y los cambios llevados a cabo en estos países. Nuestro partido en base al estudio de la larga experiencia de la Unión Soviética se preocupa mucho por el resultado de estos cambios. Eso es porque la socialización de los medios concentrados de producción y la planificación central en la distribución de la fuerza laboral y de los medios de producción, la abolición de la relación de explotación del hombre por el hombre para la mayoría de los trabajadores, son condiciones básicas y necesarias, no sólo para el inicio de la construcción socialista, sino además para su continuación.

Además, como ha destacado Lenin: “La dictadura del proletariado (…) no es sólo el ejercicio de la violencia sobre los explotadores, ni siquiera es principalmente violencia. La base económica de esta violencia revolucionaria, la garantía de su vitalidad y éxito, está en que el proletariado representa y pone en práctica un tipo más elevado de organización social del trabajo que el capitalismo. Esto es lo esencial. En ello radican la fuerza y la garantía del triunfo inevitable y completo del comunismo”[20]. Está claro que este “tipo avanzado de organización social” no puede tener ninguna relación con el nepotismo. En el informe del Comité Central del KKE para el 20 Congreso del Partido se subraya que: “Pasos de fortalecimiento de las llamadas ¢zonas económicas libres¢, de ¢mercado¢ ha dado también Corea del Norte donde el Partido de los Trabajadores de Corea desde hace tiempo ha abandonado el marxismo-leninismo, está promoviendo la teoría idealista de ¢Juche¢, habla de “kimilsungismo-kimjongilismo”, violando todo concepto de democracia socialista, de control obrero-popular, en un régimen de nepotismo”.[21]

En lugar de un epílogo: “A cerrar los portillos” de la II Internacional

El KKE ha llevado a cabo un profundo estudio de las causas que llevaron al derrocamiento del socialismo en la URSS, siguiendo el camino del largo estudio y discusión en el seno del Partido y dedicando su 18º Congreso (en 2009) para dar respuestas completas sobre este asunto, sacando conclusiones valiosas para el futuro. Sobre este esfuerzo, que se basa en el marxismo-leninismo, nuestro Partido ha enriquecido su percepción programática respecto el socialismo, lo cual fue reflejado en el nuevo Programa, aprobado en el 19º Congreso (2013).

 

En el Programa del KKE se destaca entre otras cosas: “El poder socialista es el poder revolucionario de la clase obrera, la dictadura del proletariado. El poder obrero reemplaza todas las instituciones burguesas, aplastadas por la actividad revolucionaria, con nuevas instituciones formadas por el pueblo”[22].

Además, en el Programa del KKE se describen detalladamente:

  • La base material de la necesidad del socialismo en Grecia,
  • Las tareas del KKE para la revolución socialista,
  • Sus tareas particularmente en condición de situación revolucionaria,
  • El papel dirigente del Partido en la Revolución,
  • El socialismo como primera fase inferior del comunismo,
  • La cuestión de la satisfacción de las necesidades sociales,
  • Los principios fundamentales de construcción del poder socialista.

El 20 Congreso del KKE, que se celebró este año, de 30 de marzo a 2 de abril de 2017, planteó la tarea del pleno fortalecimiento ideológico, político y organizativo del Partido y de su Juventud, como partido del derrocamiento revolucionario.

Hace 100 años, al final de su obra “El Estado y la Revolución”, V.I.Lenin subrayó que la Segunda Internacional ha caído de lleno en el oportunismo, que la experiencia de la Comuna fue olvidada y tergiversada y añadió: “No sólo no se inculcó a las masas obreras que se acerca el día en que deberán levantarse y destruir la vieja máquina del Estado, sustituyéndola por una nueva y convirtiendo así su dominación política en base para la transformación socialista de la sociedad, sino que se les inculcó todo lo contrario y se presentó la "conquista del Poder" de tal modo, que se dejaban miles de portillos abiertos al oportunismo”[23].

Hoy, 100 años después de la Gran Revolución de Octubre y un año antes del 100 aniversario de la fundación de nuestro Partido, el KKE con sus posiciones y sus acciones, pretende cerrar “portillos y ventanas” al oportunismo. Esto es una condición previa para que tomen carne y hueso los ideales de una sociedad sin explotación del hombre por el hombre.

 

 

 



[1] V.I.Lenin, “El Estado y la revolución”, Obras Completas t.33, p.7.

[2] K.Marx, “Crítica al Programa de Gotha”.

[3] V.I.Lenin, “El Estado y la revolución”, Obras Completas t.33, p.38-39.

[4] V.I.Lenin, “El Estado y la revolución”, Obras Completas t.33, p.34.

[5] Del programa gubernamental de SYRIZA.

[6] The Real News Network, Entrevista (28/1/2015) con Leo Panitch, Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de York, Toronto, Canadá. http://therealnews.com/t2/index.php?option=com_content&task=view&id=31&Itemid=74&jumival=13071&updaterx=2015-01-28+01%3A16%3A04

[7] Artículo de Paul Mason (1/9/2015), antiguo periodista de BBC, antiguo responsable del reportaje político en Channel 4. http://www.irishtimes.com/opinion/paul-mason-what-unites-the-new-movements-of-the-left-1.2335322

[8] 5οCongreso del PIE. Documento político: «Refundar Europa, crear una nueva convergencia progresiva”.

[10] Comunicado del CC del KKE sobre el golpe de Estado militar el 21 de abril de 1967. “Rizospastis”, 5 de marzo de 2017.

[11] Ibid.

[12] V.I.Lenin. “La catástrofe que nos amenaza y cómo combatirla”, vol. 34, p. 193

[14] ibid.

[15] V.I.Lenin, “Carlos Marx”. Obras Completas, v.26, p. 56.

[16] J.V.Stalin, Obras, vol. 7, p. 305.

[17] Discurso del KKE en el 16º Encuentro de Partidos Comunistas y Obreros en el Ecuador.

[19] Εlisseos Vagenas, “El papel internacional de China”, Kommunistikí Epitheorisi n° 6 de 2010.

[20] V.I.Lenin. “La gran iniciativa”, Obras Completas, vol. 39, p. 13.

[21] Informe del Comité Central del KKE en el 20º Congreso del Partido, marzo de 2017.

[23] V.I.Lenin, “El Estado y la Revolución”, Obras Completas, vol. 33, p.119